Mañana me bajo a Granada, es tardísimo y no he empezado la maleta. Obviamente, yo soy de las que meten media vida en una maleta para ni 3 días, así que la tarea se complica sobremanera.
Lo raro es que es la primera vez en los casi tres años que llevo bajando a Granada que no me apetece ir. No sé, debo estar enferma. O tan aburrida que no levanto cabeza. Igual sólo es vaguería. A saber.
Voy a ver qué puedo hacer.
Y antes de dormir, un poema de Luis Cernuda, mi poeta preferido. Yo se lo dedico a mi sur, que es Granada.
Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
De ligeros paisajes dormidos en el aire,
Con cuerpos a la sombra de ramas como flores
O huyendo en un galope de caballos furiosos.
El sur es un desierto que llora mientras canta,
Y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
Hacia el mar encamina sus deseos amargos
Abriendo un eco débil que vive lentamente.
En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
Su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.
Luis Cernuda
Nota: Me ha contado el profe Jesús que ayer le dio un ataque de ansiedad a una de clase porque se le jodió no se qué y no podía imprimir el trabajo de Evaluación... En mi grupo de trabajo hubo lágrimas, las mías, pero no llegamos a tanto. Menos mal. Querer ser bueno es malo para la salud.
Bueno, ya se acabó el trabajo de Evaluación Psicológica. Nosecuántasmil-páginas arrejuntadas con más desidia que ideas y una originalidad bastante nula. Hemos hecho un buen trabajo, eso sí. Y sobre todo muy divertido...hasta ayer. O tal vez hoy, porque como he dormido sólo un par de horas antes de irme a clase y después de llorar una impotencia mezclada con cabreo, tampoco es que recuerde muy bien qué día es este.
Ahora tengo que recuperar mi 'vida' y volver a acostumbrarme a comer en casa y a soportar a mi hermano, entre otros. Incluso debería plantearme estudiar.
Por cierto, bonito final de debate en el Congreso, muy muy divertido. Puede que algún día le eche huevos y me haga diputada, que es lo que a mí realmente me gustaría. Y que vuelvan pronto los soldados, porque jamás deberían haber ido allí. Muchas gracias. ;)
Creo que voy a llorar. No sé por qué absurda razón motivada por cierta nostalgia me llevó a, en vez de quedarme en mi casita haciendo mi trabajo como debía y tenía pensado, salir con mis queridas 'amigas', las de siempre y nunca. Maravillosa sensación aquella de tirarse tres cuartos de hora en la puerta de un sitio lleno de niñitos trajeados y muchachas con trajes de nochevieja en abril. Y cuando no pude por menos que casi gritar que no sé que pintaba una chica de barrio y de izquierdas entre tanto pijo, al menos un chavalito vestido de tuno, y no menos pijo, intentó disimular su condición para darme conversación y lo de siempre. Al menos era guapo el chaval, y me entretuve un rato.
No aburriré aquí con el relato de mi patética noche. Sólo pensar en lo que puede hacer una decisión, una elección en un momento de duda. Las elecciones van conformando las vidas y una sola decisión se puede cargar lo más maravilloso. Muchas veces nos gustaría saber el futuro sólo para eso, para saber qué elegir en cada encrucijada. Y que alguien nos dijera qué camino es el mejor, o dónde vamos a encontrar el destino que nos toca.
Necesito un asesor de decisiones. O tal vez sólo dejar de martirizarme cada vez -que son muchas- que elijo lo que no hubiera debido.
Ayer elegí mal. Y como se me joda el trabajo que tengo que hacer, me cargo a alguien. Palabrita de mala decisora.
¿Somos las personas un mundo dentro de cada uno de nosotros, único y especial?¿O acaso es sólo una apariencia de complejidad que esconde un esquema similar en nuestros comportamientos? O lo que es lo mismo, ¿tiene algún sentido la Psicología Clínica, o todo lo que estudia se puede arreglar de igual manera con un poco de comprensión y sentido común?
Mi querido Tino dice que todos somos personas al fin y al cabo, los psicólogos igual que los pacientes, y que por eso la Psicología Clínica no deja de ser algo inútil que todas las personas saben hacer con su sentido común. Si fuera así, llevo tres años para cinco estudiando para nada. Y si no fuera así, me sentiría demasiado animal como para imaginarme ser humano.
En estos días, en el congreso de Psicología Clínica al que asisto, se trata a las personas con recetas. Recetas que curan fobias, solucionan problemas de pareja, ayudan a maltratadas, recuperan a maltratadores y mejoran la calidad de vida de los ancianos con alzheimer.
Tengo una bonita disonancia cognitiva que me invita a creer a Tino por un lado, pero a la vez me recuerda que si yo empecé a estudiar Psicología, fue porque quiero ayudar a las personas con algo que se parezca a una ciencia de la mente.
Entré convencida de que la Psicología es una ciencia, ciencia como la biología y la química, dispuesta a defender ante mis amigos que lo que hago es ciencia, ciencia y más ciencia.
Ahora no estoy tan segura, pero tampoco me importa demasiado. Creo que tengo que dejar de lado el debate interno-externo de la ciencia de la salud contra la ciencia social y centrarme en lo que sirve. Y lo que sirve es justamente que la Psicología sirve. Y si sirve será por algo. Y ese algo me invitará a seguir descubriendo lo especial de mi carrera, aunque sea menos de lo que en un principio pude imaginar. O más. Quién sabe.
Ya soy conductora. No tengo la cartulina, ni las ganas, pero se puede decir que ya. No sé, estoy rara. Con el cuerpo agarrotado aún de los nervios y una sensación de que tampoco ha cambiado nada. Sigo siendo la misma que ayer a estas horas. Y además, que conste que este examen lo he hecho mucho peor que el anterior. Ibiza SDI contra Almera turbo diesel de la muerte. No vale que aprenda con un turbo y me examine con una patatina. Y me pregunto...¿qué coño hago yo hablando de coches?.
Sólo me apetece dormir. Dormir y abrazar a mis compañeras de clase, que me han llamado todas antes y después del examen. Son más que geniales estas niñas. Me dice Sandra que al final tengo más de lo que creía. Mis compañeras de clase me están salvando la vida. Parece que tienen siempre la sonrisa encima y lo mejor de los 20 años pululando a su alrededor. El sábado salí de fiesta con ellas y recordé lo que era pasárselo de puta madre con las amigas. Les agradezco mucho su capacidad para hacerme reir y pasármelo mejor que bien incluso en los momentos en los que menos te apetece.
Estoy muy cansada. Ha sido un día duro, con 7 horas en Móstoles. Pero necesito decir algo;
Y es que sí...estoy contenta porque ya he aprobado el examen de conducir (y sobre todo por no tener que ver más el careto a mi querido Domingo-profe-machistoide)...pero sobre todo estoy contenta por haber encontrado a unas compañeras y amigas tan magníficas.
A vosotras todo el mérito de mi 'felicidad'.
((También a ti, Sandrita, que siempre que puedes estás ahí))
Os quiero.
La vida cambia. De lo que haces hoy tal vez reniegues mañana. Yo por ti he hecho más de lo que nunca hice por nadie. Yo dejaba de ser yo para estar a tu lado y ser lo que tú quisieras y lo que tú necesitaras. Yo vivía para ti, y no deseaba más que verte feliz y tenernos toda la eternidad la una a la otra. Yo no necesitaba nada más que tu aprobación y tu cariño, y ser lo que tú prefirieras siempre. Yo abandoné mi egoísmo y mi persona por poder darte la mano. Yo he llorado, y siempre he olvidado cuando me hacías daño. Yo lo dejaba todo por ti, porque tú eras lo primero.
Y tú...tú ya no sabes dónde buscarme. Tú has olvidado mi sonrisa, has despreciado mi mano tendida, has borrado todas las lágrimas en las que te acompañé. Tú has cambiado mi incondicional amistad por reproches escondidos. Tú has inventado razones y denigrado momentos. Has maltratado tristezas y escupido sobre mi necesidad de ti. Tú no has sido mejor que muchos otros y a la vez ninguno alcanzó tu nivel. Tú quisiste lo que ahora hay. Tú aprendiste lo que te pude enseñar y has querido superarme. Lo has hecho. Tú quieres envidiarme cuando tal vez no queda nada que envidiar.
-Yo no te abandoné nunca. Tú tal vez tampoco. ¿O tal vez fuimos las dos?-
Y ahora parece que nada nos une... Recuerdos. Y ya.
Yo...ya no sé si debo recordar...
Hoy he decidido acostarme pronto. Pronto, media hora más pronto que ayer. Tal vez así no caiga rendida de sueño a la segunda hora de clase con serias tentaciones de tumbarme sobre la mesa. Está el pequeño detalle de que estoy en primera fila y mi cara es ciertamente conocida por cada profesor, con lo que todo se queda ahí, en una tentación de las peores que han de frenarse.
A mis compañeras de clase les hago gracia. Más allá de porque cada vez estén más seguras de que mi locura es más real que fingida -o que de tan fingida acaba por convertirse en real-, porque tengo unos alucinantes y parece ser que cómicos cambios de humor. No me molesta, de hecho admito mi comicidad y estoy hasta orgullosa de ello en parte. Prefiero estar loca que ser normal. La verdad es que lo de pasar de estar totalmente feliz y despreocupada a hundirme en la más mísera de las angustias y tristezas empieza a convertirse en un problema. A veces me asusto. Hoy me lo estaba pasando bien escuchando las reflexiones ligeras de mis compañeras mientras nos metíamos entre pecho y espalda un bonito menú universitario y sin embargo ha llegado un momento, en el que sin saber cómo ni por qué, ya no quería oir más gilipolleces y sentía la angustia apretándome por diferentes lugares. Intentaré no darle muchas vueltas.
Ya tengo los papeles de la beca para entegarlos mañana. La beca hacia ninguna parte, hacia mi parte. La verdad, aún no sé del todo que voy a pintar allí, ni cómo de terriblemente mal lo voy a soportar. Tengo que buscarme una linda máscara para colocarme en la aventura. Tal vez así me haga alguna amiga, o al menos, unas cuantas enemigas, que es más lo mío. Me contaron que la palabra persona viene de máscara, las máscaras griegas que usaban en el teatro para convertirse en personajes. Yo ya he olvidado a diferenciar mi persona de mi personaje, y mi lote de máscaras se me ha pegado demasiado fuerte a la cara.
Tengo que irme a Granada. Tengo que buscarme una vida nueva con cosas nuevas, y encontrarme a mí misma con mis cosas de siempre. Por cierto, ¿alguien me enseña a cocinar?
Estoy muerta... No he pisado mi casita en 14 horas...que se dice pronto. No he parado en todo el maldito día, y así voy a seguir unos cuantos más. Me pesan los ojos, las piernas, la espalda... me pesa la responsabilidad y la necesidad de perfección. Me pesa el tiempo y las horas que le faltan al día.
Y entre tanto peso, me he encontrado hoy con algo que me ha gustado. Un poemita que escribí para ti, que aguantas mis improperios y demás con un amor estoico. Lo mejor es que me ha gustado un poco. A veces, pocas, hasta soporto lo que yo misma escribo, qué cosas.
Me sobreviene la noche
sin quererlo, sin esperar.
Ya no percibo el tiempo
su paso, su llegada, su marcha
Es tu ausencia,
sólo tu ausencia,
la que ahora todo ocupa.
Y las lágrimas ya no queman,
abrasan...
Reflejo tu imagen en el cristal quebrado
de mis entrañas dolientes.
Aprieto tus dedos
en el aire oscuro que me encierra.
Y maldigo el espacio y el tiempo,
el mundo...
Y escucho mis suspiros
como desde otro cuerpo.
Escuecen mis labios que te buscan...
Alzo la vista entre la noche nublada,
fría, odiosa sin ti.
Te imagino, quiero sentirte,
te llamo a gritos de silencio
hasta perder la conciencia.
Y entre el agua de mi rostro,
la humedad caliente de las mejillas,
cerrar los ojos, desaparecer
con tu recuerdo engarzado a la piel.
Contigo dentro...
CeLia
18.11.02
De nuestro primer mes de experimento... ya casi hace un año y medio de eso, ¿te acuerdas?
No estoy bien.Tengo demasiado que decir y demasiado poco tiempo, pienso mucho y a la vez no pienso en nada. Sólo me apetece escribir, pero no sé ni de qué. Y me planteo si darle a esto un rollo metafísico literario de la muerte que me haga desistir de escribir por no encontrar las palabras adecuadas o seguir colocando las polladas que se me ocurren según me vienen a la cabeza...
Creo que voy a cambiar los colores de esto. Lo veo demasiado alegre para mí, no sé. Es primavera, pero yo estoy en una de mis fases pre-depresivas en las que se empieza a vislumbrar mi trastorno bipolar. Para quien no lo sepa, el trastorno bipolar consiste en algo así como pasar de un estado de euforia a uno de depresión en cero coma, de la alegría la tristeza, de la despreocupación a la ansiedad... Hoy me decía mi amiga Rosita que yo siempre estoy en los extremos, o hiper angustiada, o que me toca las narices todo. No lo sabe ella bien...
Me han cambiado de coche... con ello solo pretendo justificar de alguna manera mi próximo suspenso del día 19 en el reexamen de conducir. Ya tuve ayer una "pesadilla" con el maldito examen... Qué puñeta de coches y de pedales y de mierdas. No me gusta correr, no me gusta pasar de 80, no me gusta pensar que si se me va el volante o me asusto, mi vida se me puede ir también. Por cierto, hoy se me ha dado fatal.
Además tengo un trabajo enorme que acabar y del que no he hecho nada... Me parece que empiezo a perder el control hasta de los más simple, hasta de lo único que creo que hago bien.
Y a medida que escribo me voy dando cuenta de lo poco que le puede interesar esto a nadie que no sea yo, y que tal vez tendría que plantearme en serio un blog pseudopoético artístico-filosófico. Pero entonces recuerdo que ya se me ha olvidado escribir...
Hoy se cumple un mes.
Un mes solamente, o ya un mes. El periódico hace un especial y salen hasta 147 caras de los que ya no pueden volver para recordar. Entre ellos, el tío de mi profesora, el vecino de mis abuelos que esperaba un hijo, vecinos de mi tío, un par de estudiantes de mi universidad... Perfectamente podría haber estado yo ahí, entre esas fotos, teniendo en cuenta la hora y que los trenes de esa línea son los que llevan a mi universidad.
Yo no necesitaba esto para saber que ya a duras penas soporto vivir en la que siempre ha sido mi ciudad y a la que siempre he amado, ni para afianzar mi desprecio por el terror o mi pánico a la muerte y a la desgracia. Tampoco necesitaba aumentar mi puñado de fobias ni mi tendencia a la depresión. Y como yo, todos los que aquí vivimos, en esta ciudad, este país y este mundo.
A mi alrededor sigo viendo miedo, yo misma sigo sintiéndolo y luchando contra él. Sigo prefiriendo no ir en metro y no coger el tren para ir y volver de la universidad. Aún así lo hago, y trato de no pensar mientras sigo pensando. Y miro las caras de la gente y las miradas perdidas, y a mucha gente diferente unida por lo mismo.
Las personas sólo queremos vivir en paz y tratar de encontrar nuestra felicidad. Si ni siquiera eso podemos hacerlo...¿qué nos queda?
Todo mi recuerdo y mi dolor para vosotros, que os han robado la vida por la que luchábais.
Yo, con mi inevitable educación progre y de izquierda pura e idealista, no sé ni dónde mirar, se tambalea mi idea de la educación que todo lo pone en su sitio, o de los pueblos unidos, de las fronteras que desaparecen y las riquezas repartidas, de un mundo sin violencia y en paz. Qué coño, se tambalea mi idea sobre la vida y la felicidad, sobre el futuro, sobre todo en general.
Ayer leí 3 noticias sobre tíos que habían matado o agredido a mujeres que habían decidido compartir su vida con ellos en algún momento. Sólo con ver esto ya no puedo evitar pensar que estamos todos completamente pirados, no importa ni el color ni la religión ni nada.
Nunca he soportado la violencia. Soy de las que tiene que taparse los ojos en las películas con tiros y asesinatos y burradas varias. Si salí con un ataque de ansiedad de ver Daredevil... Una vez una tía imbécil me dijo con sorna, y después de reirse lo suficiente: "Pues si no puedes ver esas películas, no puedes ver ninguna película!". Hay que ser gilipollas. Nunca podré acostumbrarme a la violencia, porque no y porque además no me da la gana.
Quiero PAZ, ni guerra de Irak, ni conflicto entre palestinos e israelíes, ni revueltas sangrientas, ni terrorismo de ningún tipo, ni armas ni bestias, ni los capullos de EE.UU. destrozando el mundo creyéndose la panacea de la justicia divina.
PAZ
P.D: Y para los que puedan pensar como esa tía gilipollas, que sepáis que las mejores películas son las que yo puedo ver.
Bueno...ya se acaban las vacaciones...también se acaba de ir Saúl... Y ya después de tantas veces una no sabe si llorar o darse de cabezazos contra algo. O dormir, o ver la tele, o yo que sé.
Me parece que lo pasa peor el que se queda que el que se va. Al que se va le toca el viaje de 5 horas y eso...pero al menos le queda ese pedazo de tiempo para saborear que aún no estás en casa y no recordar todavía todo lo que te espera al llegar. El que se queda despide al otro con los besos y las lágrimas y se encuentra de repente solo y sin rumbo, sin saber muy bien si volver a casa o caminar hacia algún sitio donde charlar con alguien conocido que te haga olvidar un rato que vuelves a estar solo.
Y el tocho de trabajo que tengo que hacer...y lo que tengo que estudiar...y me vuelvo a examinar el día 19 de la mierda del coche...
Puf. Siempre que se va él, o siempre que me voy yo sólo significa que el mundo vuelve a echarse encima de mí.
Maldita sea.
He suspendido.
Un bonito, alto y odioso bordillo justo dos segundos antes de parar el coche para salir y acabar, ha jodido mi primer intento de tener ese puto carné que ni siquiera quiero...
Así de duro. Un bordillo maldito y un profesor medio subnormal que me coge el volante cuando no debe y encima me regaña en medio del examen. Aún así la examinadora dice que eso no va a contar porque perderse no era tan grave como para eso (y mi profesor no debería haberme cogido el volante y frenado sólo para cambiarme al carril correcto). Consecuencia: bloqueo mental por mi parte, casi me como a unos peatones, pero aún así salvo la situación, y cuando me dice que pare ya por ahí...yo con mi aprobado en la mano ya... Celia coge y se traga el bordillo al girar.
Maldita mi suerte. He tirado a la basura la mejor oportunidad que voy a tener para aprobar el carné, aparte de 61.20 más los 228 a pagar por dar 10 clases más.
P.D: Y encima tengo un sueño de tres pares de cojones... he dormido 3 horas escasas y a las 6 de la mañana ya estaba desayunando autopista Madrid-Móstoles. Y lo peor es el bajonazo que tengo... :__((((
Sí...es jueves
, sigo haciendo pruebecitas con esto (quién coño inventó el rollo este de códigos para hacer una mierda de web????. Y sobre todo...cómo es que nadie me lo había dicho???:__/ ). Quedan horas escasas para el examen de conducir y me temo que cada vez lo hago peor. Mañana además viene ese muchacho llamado novio mío. Le recibiré con la alegría de los nuevos-conductores-recién aprobados? O por el contrario con la rabia de los capullos-que-no-aprueban-a-la-primera???? Quién sabe...Mañana veremos.
Por cierto, agradecería que alguien hiciera algún comentario...incluso que alguien visitara esta mierda de intento mío de tener un weblog. xD. Prometo mi gratitud eterna!
Deseadme suerte, mañana a las 6 de la mañana saldré rumbo al puñetero Móstoles, rezando para que no me hagan aparcar!!!!