Me he pasado media mañana envolviendo regalos. Pero me faltaban regalos que envolver, me faltaban los tuyos. Los tuyos eran siempre los que envolvía primero, y hoy no he sabido por dónde empezar. Los tuyos era los que envolvía con más cuidado, los que ponía más bonitos, o al menos eso intentaba. Los tuyos los envolvía siempre con una emoción especial, preguntándome costantemente si te gustarían o no, y deseando que te gustaran mucho y te hicieran muy feliz. Los tuyos los envolvía sonriendo, con un amor tan inmenso que sólo quería que se notara en ellos, y que nada más verlos sonrieras tú también. Porque para mí tu sonrisa y tu ilusión eran siempre el mayor regalo.
Y ahora siento un vacío demasiado grande, porque me faltan tus regalos, me falta mi emoción y, sobre todo, me va a faltar tu sonrisa...