Mi vida es en general aburrida. Algunos dirían que exagero, pero solo porque su vida o es más entretenida o aún más coñazo.
Mi primera semana de facultad no ha estado mal del todo, aunque aún me tengo que acostumbrar. He fichado a algún niño con rastas interesante, el chavalito nuevo de la reprografía es majete y hasta guapete, aunque no mi tipo, he podido constatar que nada ha cambiado demasiado en mi año de ausencia respecto a los ya conocidos, he recordado por qué me gustaba tanto mi facultad, y cosas así. Incluso he visto a mi amor desde primero, mi mulato adorado con esa novia tan fea (aunque no sé realmente si sigue siendo su novia, yo preferiría obviamente que no) y me he planteado que, siendo este mi último curso, o le digo algo o al menos me entero de su nombre, o me quedo con el recuerdo de al menos haber visto que realmente existe el que siempre ha sido el hombre de mis sueños.
He vuelto a fumar, porque no se puede decir que este verano haya sido el mejor de mi vida, y ya se sabe que los desvaríos sentimentales tienen un poder sobrehumano para dejarnos recaer en nuestros asquerosos vicios tabaqueros, pero espero requitarme más pronto que tarde.
El martes tengo una entrevista para ver si me eligen en el practicum que quiero, y eso creo que es lo más emocionante de todo en plan positivo, aunque también sé que será muy chungo que me elijan porque mis nervios serán terribles y los demás serán mejores. Pero no me importa, al menos por ahora.
Y mañana me voy de cena con mis antiguas amigas. Solo espero no pillarme un pedo demasiado gordo y no tontear con ningún gilipollas o montar algún número. Pero a saber...
Intento ser positiva, aunque no las tengo todas conmigo. Eso es, en general, el resumen ;)
Pensamientos de CeLpReiNa en 8 de Octubre 2005 a las 12:26 AMIremos de todos los rincones del mundo; en silencio, sin hablar, sin hacer ningún ruido, como en alguna cita mesiánica, como en aquella película de ciencia ficción en blanco y negro que vimos en el Lumiere. El lugar será cualquiera; quizá el puerto del Pireo, un parque de Ámsterdam, o alguna soleada plaza italiana. Nos sentaremos en el suelo, mirando todos hacia el mismo norte, como en un concierto de los Sesenta, como hacen las religiones; en silencio, mudos, moviéndonos con la seguridad de que ya nos hemos equivocado bastante. Llegaremos en tren, andando, en motos destartaladas, o en coches lujosos, pero los vehículos se aparcarán lejos para no hacer ruido, para que la gravilla que humillamos sea nuestra única música. Vendremos en grupos, o en parejas, la mayoría solos, con una bolsa tan pequeña que quepa nuestro completo equipaje para toda la vida. Poco a poco llegará el momento en el que algunos desperezaremos para observarnos, con alguna sonrisa, con algún guiño; pero sin abrir la boca, en callada quietud.
No nos harán falta las palabras porque en cierto modo somos todos la misma ansiedad, los mismos miedos, la misma incomprensión, las mismas inseguridades y frustraciones, el mismo ¿por qué yo?
Me levanto para hacer un recuento. No más de dos mil, te digo. ¿Ves?, no somos tantos. Y me vuelvo a callar, esperando el gran momento. Y tras media hora de que se haya sentado el último de nosotros, como en una de esas indicaciones que la Madre Naturaleza da al unísono a las aves o a las flores, haré sonar la guitarra para que cantes. Cantaremos a dos voces. Y aquel amigo o amiga que todos hemos perdido nos regalará un solo de saxo dorado por las últimas luces del día.
El recuerdo de aquella jornada tiene que ser suficiente para hacernos sobrevivir el resto de nuestras vidas.
Como dijo el actor, la felicidad está sobrevalorada.
Cuídate mucho de la Caja de Pandora.
Pedro.
Si te sirve ,estamos para lo que necesites por mas lejos que estemos,hoy en dia a muchisima gente le pasa lo mismo y se siente de la misma manera,solo basta con leer blogs y darse cuenta que esto es asi, un abrazo....
Pensamientos de PATRICIA/RICARDO en 21 de Octubre 2005 a las 12:37 AM